Quisiera dar un salto atrás en el tiempo,
volver al preciso instante en el que las miradas hablaron por sí mismas
y pidieron un beso a gritos, ese instante que podría haberse hecho
eterno, el instante en que se dejaron ver las intenciones
Dos miradas que miran el interior de la
otra, sus pensamientos, sus sentimientos, sus deseos, miran y fugazmente
bajan hasta los labios. Aparece el deseo de lo carnal, de lo mágico, de
ese momento que toda persona quiere que llegue.Quizá pensaron que era un sueño, que no
había ocurrido, que se lo habían imaginado, quizá no le dieron
importancia, quizá no pensaban que era la señal, quizá, simplemente,
había miedo.
Miedo de equivocarse, de despertar del sueño, de lanzarse a una piscina vacía, de que empezaran las distancias, de que la oscuridad lo envolviera todo, de que detrás de esos ojos no estuviera el deseo de un beso eterno.
Cuanto más lo pienso,
más ganas tengo de volver al pasado, de volver a estar en ese momento,
de que se repitan las cosas, de que nos acerquemos tanto que podamos
sentir la respiración del otro, nos miremos mientras se para el tiempo a
nuestro alrededor y nos demos ese beso que haga explotar los latidos.
Dos miradas, dos corazones latiendo
al compás, dos labios que se acercan hasta fundirse en uno solo, un
instante mágico imposible de borrar…